Éste es el protagonista de la historia que os voy a contar. Este verano estuvimos de vacaciones en el Parque Natural de Cabo de Gata. Todas las mañanas y tardes bajaba a las marismas a observar las aves. Yo ya no puedo entender unas vacaciones sin naturaleza de por medio, especialmente sin aves. En uno de los observatorios, descubrimos una familia de zorros (4 en total) que salían al atardecer, una vez la calma se adueñaba de la zona, cuando el observatorio se vaciaba de gente que sólo sabe dar voces, gritar y ni siquiera disfrutar de la maravilla que regala la naturaleza a nuestros ojos.
Esa tarde mientras yo disfrutaba de los flamencos y avocetas en la marisma, mi mujer vigilaba el monte en busca de los zorros, el astro rey se escondía por el horizonte. Mi hija me dijo que una gaviota se acercaba poco a poco al observatorio.
La retraté y seguí entusiasmado observando a las territoriales cigüeñuelas plantando cara a todo bicho que se acercaba. De repente mi mujer observa a lo lejos al zorro.
Mi hija nerviosa dice que la gaviota está ya bastante cerca del observatorio y que qué pasará si la ve el zorro. Los tres intuíamos lo que iba a pasar pero confiábamos en que la gaviota saliese volando. Mi mujer atenta al zorro, mi hija a la gaviota, yo atento al zorro, a la gaviota, a la avoceta, al flamenco (más feliz que un regaliz).
En cuestión de segundos mi hija me dice que salga del observatorio, otro zorro salió de la nada y se abalanzó sobre la gaviota.
No os podeis imaginar la situación y la sensación: La luz cada vez más pobre, el iso de la cámara tan alto como mis pulsaciones. En ese momento me temblaba todo, me sentía como el gran Felix Rodriguez de la Fuente y le di más valor a la vida y a esta gran afición que cada día me tiene más atrapado y que me quita todos los males.
Llegó el zorro que estaba a lo lejos y se llevó el festín. La gaviota aún viva no hizo ni un solo ruido. El ataque del primer zorro debió ser fulminante.
El último en llegar se llevó el premio.
Me dio mucha pena la gaviota y pensé en lo dura que es la naturaleza a veces; tan bella y tan cruel a la vez. En fin, la vida es así y este hecho forma parte de la cadena. Esto es lo natural y no lo que el hombre es capaz de hacer con estos y otros animales.
Dedicado a Jerónimo Milán, amigo, artista y gran amante de la naturaleza. Nos has hecho sentir este fin de semana todo el explendor de la "Extremadura Salvaje", en concreto en el maravilloso entorno del municipio de Torre de Miguel Sesmero (Badajoz)
Un millón de gracias amigo.
Fotografías realizadas en la provincia de Almería.
Menudo momentazo...como la vida misma.
ResponderEliminarEnhorabuena por vivirlo y aun más por compartirlo con los tuyos.Eso es impagable.
Saludos.
Gracias Xurde por tu comentario. Cuando fotografié la escena, además de vivir un momento inolvidable ya estaba pensando en compartirlo con vosotros que dais vida a este humilde blog.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola Ramón, impresionante documental, enhorabuena, pero esto es natural, supervivencia, lo peor es lo que el hombre hace con unos y con otros, las fotos preciosas, te felicito de nuevo, todo un lujazo. Un abrazo.
ResponderEliminarMil gracias Salvador portu comentario y por pasarte por mi blog. Saludos!!
ResponderEliminarQueridos amigos Ramón y Silvia, a veces la naturaleza te sorprende con los placeres y las sensaciones más hermosas que un ser humano pueda llegar a experimentar.
ResponderEliminarPlaceres y sensaciones como las que uno siente fotografiando con las primeras luces del amanecer o con las últimas del atardecer. Placeres y sensaciones como las que uno siente al haber fotografiado a esa especie que tanto ansió. Placeres y sensaciones como los que uno siente cuando disfruta del campo, de sus criaturas, de sus puestas de sol. Placeres y sensaciones como los que uno siente con su cámara dentro de un hide, observándolo todo sin ser observado.
Pues bien, todo ese cumulo de placeres y de sensaciones, no son nada comparadas con los de conocer a dos personas tan especiales como vosotros, no son nada comparadas con el placer de compartir todas esas sensaciones con personas tan amantes de lo vivo como vosotros.
Si grande es el placer y la sensación que uno siente viviendo estas experiencias en plena natura, no son nada comparadas con las que se sienten compartiéndolas con personas de la calidad humana de la que vosotros hacéis gala.
Gracias Ramón y Silvia, amigos, por estos días tan maravillosos y gracias a la madre naturaleza que al fin y al cabo, fue quien os trajo hasta mí, haciéndome sentir placeres y sensaciones únicas. Un fuerte abrazo y nos vemos pronto. Un saludo entrañable desde mi terruño.
Jero, sentimiento mútuo. Sólo pienso en el próximo viaje a la tierra y en volver a vernos.
ResponderEliminarNo paro de pensar en cada segundo de lo vivido estos días: los buhos reales, los mochuelos, los milanos, los buitres, las grullas, las luces, los sonidos y sobre todo vuestra compañía.
Un abrazo muy fuerte amigo!!
gran documento yo no lo veo como una historia triste solo seleccion natural seguramente la gaviota estaba enferma y los zorros solo hicieron su trabajo de controlar la poblacion un saludo
ResponderEliminarGracias Ferreiro por tu comentario. Es cierto que es ley de vida pero es la primera vez que veía en directo algo parecido y me resultó duro.
ResponderEliminarUn saludo!!
La vida transcurre inexorablemente estemos o no estemos ahí. Cuántos de estos lances ocurren a diario lejos de nuestra mirada!!
ResponderEliminarUn auténtico premio al tesón y al amor que profesáis.
Salud!!
Gracias Mikelgar por pasar por mi blog y por tu comentario. Un saludo!!
ResponderEliminarQue gran momento sin duda alguna, tuvo que ser impresionante.
ResponderEliminarComo la vida misma, que bonito y que afortunado eres al poder vivir esos momentos, espero que tu hija lo entendiera. Un saludo
ResponderEliminarGracias por pasar Tomás, la verdad es que fue impresionante.
ResponderEliminarManolo: Gracias de nuevo por visitar mi blog. A mi hija la estamos inculcando que ame y respete a la naturaleza.
Saludos!!
Menuda entrada de las que me gustan a mi!! mira que hay que ser zorro para pillar una gaviota!
ResponderEliminarMi amigo Mikelgar contemplo un lance de rata y comadreja y se colgaron las fotos en el blog de zolina.....
Saludos camperos!
Gracias Haritz. Voy a buscar esa entrada que dices en el blog de Zolina. Saludos!!
ResponderEliminarGran lección de supervivencia la que han mostrado el zorro y la gaviota. Y es que la naturaleza es así de cruel, como bien dices, pero necesaria en este sentido para que siga su normal desarrollo.
ResponderEliminarFelicidades por el momento vivido, un saludo.
Muchas gracias Gabriel por pasar y comentar. En efecto, fue un gran momento. Saludos!!
ResponderEliminarVaya secuencia que presenciásteis! Muy interesante la entrada :-)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y por tu visita. Es todo un honor para mí. Saludos!!
ResponderEliminarMuy interesante. Me encantan los cánidos salvajes. Buen trabajo y saludos.
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